Roma (Italia). El 16 de agosto de 2022 se celebra el 207° aniversario del nacimiento de San Juan Bosco (1815-2020): Giovanni Melchiorre Bosco, hijo de Marguerita Occhiena y de Francisco Bosco, nació el 16 de agosto de 1815, en el pueblo de Becchi en la aldea de Morialdo, municipio de Castelnuovo d’Asti.

En el 150º aniversario de la Fundación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, es significativo recordar que San Juan Bosco fundó el Instituto de las FMA “como respuesta a las esperanzas profundas de las jóvenes” (Const. FMA n°1) y “Con un único designio de gracia suscitó la misma experiencia de caridad apostólica en Santa Maria Domenica Mazzarello, involucrándola de manera singular en la fundación del Instituto” (Const. FMA n°2)

La Cronohistoria del Instituto FMA cuenta que el 15 o 20 de septiembre de 1864 Don Pestarino, radiante de alegría, se presentó a las tres Hijas de la Inmaculada, para informarles de que Don Bosco, acompañado de un centenar de muchachos, se detendría en Mornese en el mes de octubre, en la Fiesta de la Maternidad de la Virgen María (Cron. I, 147).

Les pidió que comenzaran a proporcionar comida y alojamiento en la granja de Borgoalto, mientras que él se comprometía a pedir ayuda a los Mornesinos para colchones y comida. Finalmente DonBosco – que dos años antes había mandado a Maria Domenica y a Petronilla dos medallas de la Virgen por medio de Don Pestarino con su paterno consejo: “Orad también, pero haced todo el bien que podáis, especialmente a los jóvenes, y haced todo lo posible para impedir el pecado, aunque fuera un solo pecado venial” – ¡llegó a Mornese!

Tenía en el corazón la convicción de que había llegado la hora de Dios, para que se hiciese para las niñas lo que ya se hacía en Valdocco para los muchachos. También un providencial sueño tenido en el 1862, ambientado en Piazza Vittorio en Turín, lo confirmaba en esta línea: muchas jóvenes se volvieron hacia él e insistieron en no ser abandonadas, y la Virgen Auxiliadora lo invitó a apoyarlas diciendo: “Son mis hijas: cuida de ellas”.

La visita a Mornese tuvo lugar del 7 al 9 de octubre de 1864. En este evento hubo el primer encuentro con las Hijas de la Inmaculada. Maria Domenica, al final, le confió a su amiga Petronilla que había sentido algo extraordinario al escuchar a Don Bosco:

“Le parecía que la palabra de Don Bosco era como el eco de un lenguaje que sentía en el corazón sin saberlo expresar; que era la traducción de su mismo sentimiento; como una cosa esperada siempre y finalmente aparecida”, hasta el punto de hacerse exclamar: “¡Don Bosco es un santo, es un santo y yo lo siento!”.

Don Bosco en el último día de la parada, vio con sus propios ojos su taller y el oratorio para las niñas y, después de las Vísperas, saludó a las Hijas de la Inmaculada, María Domenica y Petronilla, conmovido por haber visto manifestarse la Providencia:

“El buen Padre miraba conmovido y bendecía el pequeño Mornese, donde las hijas pobres, inconscientes de todo, sembraron su propio grano con sus manos y ya comenzaron a recoger abundantes espigas de él” (Cron. 1, 151).

La medalla mariana, la fiesta de la Maternidad de la Virgen, el común reconocerse parte de un proyecto más grande, fueron los claros signos de que todo se desarrollaba bajo la Mirada de la Virgen y de la Providencia. Desde mi encuentro de los Fundadores en Mornese, María se mostró Madre del Instituto FMA y de la juventud más pobre y abandonada.

La Sagrada Escritura es garantía de que “los dones y la llamada de Dios son irrevocables” (Rm 11,29). Los 150 de fundación del Instituto de las FMA son la evidencia de que las promesas de Dios y su designio de salvación nunca han fallado. Esta certeza anima a vivir, en el hoy y en el futuro, con nueva vitalidad y creatividad la fuerza generativa del Carisma (Actas CG XXIV), confiando en la fidelidad de Dios y en la mano poderosa de la Auxiliadora.

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