Turín (Italia). El domingo 24 de septiembre de 2023, en la Basílica de María Auxiliadora de Turín, trece Hijas de María Auxiliadora y veinticuatro Salesianos de Don Bosco recibieron el crucifijo misionero, durante la Celebración Eucarística presidida por el Rector Mayor, Don Ángel Fernández Artime, con la presencia de la Madre General del Instituto FMA, Sor Chiara Cazzuola, de las Consejeras generales para las Misiones, Sor Ruth del Pilar Mora y Don Alfred Maravilla, diversas Consejeras generales e Inspectores SDB de diversas naciones.

Cada expedición misionera, desde la primera que tuvo lugar el 11 de septiembre de 1875 para los Salesianos y el 14 de noviembre de 1877 para las FMA, está llena de gratitud y emoción por lo que Dios ha hecho gracias a la audacia y a la valiente disponibilidad de los Santos Fundadores, Don Bosco y Madre Mazzarello, y de tantas hermanas y hermanos que partieron desde la Basílica de María Auxiliadora para llegar a todas partes del mundo. Como se recordó al inicio de la Celebración, este envío misionero es también un gesto con el que las dos Congregaciones renuevan, ante María Auxiliadora, su compromiso misionero.

En la homilía el Rector Mayor subrayó que “la vocación misionera es una verdadera vocación dentro de la vocación en la que todos estamos llamados a ser misioneros entre los jóvenes, las niñas, los niños, especialmente los más pobres. Dios llama a muchos a vivir un particular espíritu misionero ad gentes, en otros lugares, dejando lo que ha sido su vida y ‘ad vitam’ no durante dos o tres años…, la vida que se da no está atada al tiempo”.

El décimo sucesor de Don Bosco continuó diciendo: “si Don Bosco hubiese dicho hay tanta necesidad de mis salesianos en las tierras pobres de Italia y debemos ir por toda Italia para cuidar de los niños, hoy la mayoría de nosotros no estaría aquí. Don Bosco llevaba dentro de sí un fuego que decía ‘en otros lugares hay otros que no conocen a Jesús y debemos ir’. Es maravilloso saber que esta cadena de fidelidad – a la 154ª Expedición Misionera SDB y a la 146ª Expedición Misionera FMA – nunca se vio interrumpida, ni siquiera durante las dos guerras mundiales. Quiere decir que es una misión que supera todas las dificultades”.

Finalmente, Don Ángel, dirigiéndose a los nuevos misioneros, habló con corazón de padre, diciendo: “Vosotros sois para nosotros un gran testimonio de vida, porque nos decís que con el espíritu de Don Bosco y de Madre Mazzarello queréis ir a otra parte, dejar tantas seguridades para compartir la vida con quienes nos esperan o nos serán ofrecidos para servir. (…) La dinámica del Evangelio es vida compartida, servicio y testimonio y así, con la expresión de la fe, el Señor sigue llegando a todas partes. Pedimos al Señor que os bendiga con una bendición muy especial y que este deseo de servirle como misioneros ad gentes, ad vitam sea una realidad que pueda hacer crecer vuestros corazones. Nuestras oraciones no faltarán. (…) Hoy es un gran día de fiesta y la Virgen sin duda os acompañará. Desde este mismo lugar muchos hermanos y hermanas han partido hacia otras partes del mundo: este es el plan de Dios y no sólo un plan estratégico nuestro”.

Después de bendecir los Crucifijos, el Rector Mayor los entregó a los misioneros SDB, mientras Madre Chiara los entregó a las misioneras FMA.

En la solemne bendición del mandato, el Rector Mayor, extendiendo sus manos sobre todo el grupo de misioneros salientes, pronunció la oración de bendición que llega también a los numerosos misioneros esparcidos por el mundo:

“Señor, mira a estos tus siervos,         
nuestros hermanos y hermanas, que, investidos con la señal de la cruz,    
enviamos como mensajeros de salvación y de paz.        
Guía sus pasos con tu diestra, sostenlos con el poder de tu gracia,   
para que no desfallezcan bajo el peso de los trabajos apostólicos.   
Que tengan el corazón pastoral de Don Bosco y de Madre Mazzarello y que sean para los jóvenes la presencia paterna y materna de Jesús, que quiere vida abundante para todos.    
Dales la capacidad de escuchar, de ser solidarios con todos, la imaginación, la creatividad, el coraje apostólico, la paciencia de la espera, el entusiasmo del amor.
Que sean signos gozosos y portadores de salvación”.

Las nuevas misioneras FMA continúan su camino, preparándose al discernimiento de cara a su destino, con la formación misionera en la Universidad Pontificia Urbaniana de Roma y la formación específica para la misión ad gentes, acompañadas por Sor Ruth del Pilar Mora y las colaboradoras del Ámbito para Misiones.

Foto: ANS y FMA

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