Subiaco (Italia). Del 20 al 22 de octubre de 2023, en la Casa de Oración de San Biagio de Subiaco, Roma, de las Hijas de María Auxiliadora de la Inspectoría Romana de San Giovanni Bosco (IRO), se celebró el primer Seminario del Silencio, abierto a todos.
Ésta es la motivación de la nueva iniciativa: “El silencio es uno de los elementos principales de nuestra casa de oración. El silencio de la montaña guarda nuestra comunidad y en el silencio del corazón todos estamos llamados a seguir la Palabra de Dios. Aprender a escuchar el silencio, acallar la mente y crear las condiciones para la oración son los objetivos de los seminarios que impartimos en San Biagio”.
Es significativo que el Papa Francisco quisiera que los trabajos del Sínodo comenzaran precisamente con el silencio. En la Vigilia Vigilia ecuménica de oración “Together”, después de escuchar el “gran silencio” creado en la Plaza de San Pedro, subrayó:
“El silencio es importante, es poderoso: puede expresar un dolor indescriptible ante las desgracias, pero también, en momentos de alegría, una alegría que trasciende las palabras. Por este motivo quisiera reflexionar brevemente con vosotros sobre su importancia en la vida del creyente, en la vida de la Iglesia y en el camino de la unidad de los cristianos. La importancia del silencio. (…) Por eso, hermanos y hermanas, pedimos, en oración común, aprender de nuevo a guardar silencio: a escuchar la voz del Padre, la llamada de Jesús y el gemido del Espíritu”.
La organización del I Seminario del Silencio estuvo a cargo de Claudio Del Brocco, de las FMA Sor Irene Benítez y Sor Elzbieta Bartkowska, de Barbara Ghirelli y Luisa Cappelletti, quienes pronunciaron diversos discursos durante los encuentros de estos días.
Particularmente interesante y atractivo fue el discurso de la tarde del sábado 21, Fray Emiliano Antenucci, sacerdote de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos y Rector del Santuario de la Virgen del Silencio en Avezzano (AQ).
El testimonio de quienes participaron en el Seminario:
“Al final de esta experiencia puedo decir que fueron días de gracia otorgados por el Señor y realmente le agradezco por ello. Debo decir que al principio estaba un poco escéptico cuando me lo propusieron, porque no sabía muy bien de qué se trataba, pero me dije: ‘son dos días de silencio, de escucha y de oración, sólo pueden hacerme bien’. Y así fue.
En estos días he percibido la mirada amorosa de Dios, durante gran parte de mi vida ha habido una palabra que casi siempre me ha acompañado y es “Juicio”. Juicio hacia mí y los que me rodean, nunca me sentí a la altura de las expectativas, los pensamientos que tenían los demás y sobre todo de Dios, hacia mí. Ha sido un camino difícil y doloroso, siempre ansioso por demostrar que soy una persona hermosa, digna de ser amada y aceptada tal como soy. Durante este período cometí el error de pensar que el Señor también me miraba con mis propios ojos llenos de juicio y tuve la percepción de sentirme mal.
Esta experiencia me ayudó mucho a recordarme que el Señor no tiene la misma vara que yo y fue fuerte la experiencia de sentirme amado y no juzgado por Dios, oración silenciosa a través del cuerpo y las imágenes (iconos). Pedí al Señor la gracia de dejarme penetrar por su mirada – ‘Tú lo miras, él te mira’ – y no tener miedo, porque no es una mirada de juicio sino de amor”. (Ana Maria)
“Puede resultar difícil escuchar si estamos inmersos con la atención centrada en la tarea diaria. Por eso debemos calmar nuestro cuerpo y mente para escuchar lo que puede ser verdaderamente importante en nuestras vidas. La oración puede y debe practicarse en cualquier momento del día, no sólo porque es apropiado, sino también porque nos ayuda a fortalecernos”. (Víctor)
Gracias a estos testimonios, y otros no relatados, la Comunidad Educativa de la Casa de Oración San Biagio ha planificado otros encuentros para entrar mejor en la experiencia del Silencio y dar cada vez más espacio al Señor en el camino hacia la santidad.
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