Roma (Italia). Se llevó a cabo en el Hotel Ergife de Roma, del 18 al 20 de septiembre de 2018, la Conferencia mundial sobre Xenofobia, Racismo y Nacionalismo Popular en el Contexto de la Migración Global.

Fue promovida conjuntamente por el “Dicasterio para el servicio del Desarrollo Humano Integral” y el “Consejo Mundial de las Iglesias”, en colaboración con el “Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos”.

Convencidos del rol fundamental de las Iglesias en la promoción de una sociedad humana justa y pacífica, los promotores de esta Conferencia internacional reunieron un amplio público de personas de la sociedad civil, académicos, religiosos, ecuménicos de todo el mundo para reflexionar e investigar juntos cómo responder al crecimiento de la xenofobia, del racismo y del nacionalismo populista de cara a los migrantes y refugiados.

Durante estas dos jornadas, en el contexto del 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos humanos, los participantes denunciaron la deliberada manipulación y agravación de los miedos, de las preocupaciones y de las inseguridades de la gente con respecto al impacto negativo de la migración sobre sus familias, comunidades e identidades culturales, con fines de interés personal y de ventajas electorales.

Siendo conscientes de estos desafíos, los miembros de la comunidad internacional están negociando un nuevo Pacto Global para una migración segura, ordenada y regular (GCM), así como un Pacto Global sobre los refugiados (GCR).

Superar la xenofobia, el racismo y el nacionalismo populista es un desafío ético y pedagógico tanto para las iglesias como para la sociedad. Es urgente buscar maneras compasivas, constructivas y eficaces de erradicar estos fenómenos y de promover una cultura de respeto, solidaridad, cohesión social.

La Conferencia produjo un Mensaje con recomendaciones para apoyar actores, iglesias locales, grupos, organismos ecuménicos y comunidades que trabajan para promover la cohesión y la convivencia, e impulsar iniciativas que contribuyan a cambiar las narrativas referidas tanto a los migrantes como a las comunidades anfitrionas.

El Papa Francisco saludó a todos los participantes y lanzó un Mensaje de aliento para llevar adelante esta causa: “Vivimos tiempos en que parecen cobrar vida y difundirse sentimientos que muchos parecían haber superado. Sentimientos de sospecha, de temor, de desprecio e, incluso, de odio hacia los individuos o grupos tenidos por diferentes en razón de su pertenencia étnica, nacional o religiosa y, en cuanto a tales, juzgados no suficientemente dignos de participar plenamente en la vida de la sociedad.”

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