Roma (Italia). El 5 de agosto de 2022, en Roma, la Comunidad Maria Ausiliatrice de Casa Generalicia (RCG), con la Vicaria General, sor Maria del Rosario García Ribas y las Consejeras en sede, en comunión con todo el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, celebró el 150º de la Fundación del Instituto.

Antes de los Laudes y de la Celebración Eucarística, la Comunidad se reunió en el atrio de la Casa para la oración del Angelus y la Encomienda a María compuesta para el 150º. Como gesto simbólico, la Directora, sor Carla Castellino, colocó a los pies de la estatua de María Auxiliadora la llave, entregada a Madre Chiara Cazzuola el 26 de abril de 2022 por el Alcalde y el Concejo Municipal de Nizza Monferrato, un signo de la Ciudadanía Honoraria conferida al Instituto.

La Celebración Eucarística, presidida por don Giuseppe Ruta, Vicario de la Visitaduría Maria Sede della Sapienza (UPS), fue presentada por sor María Luisa Nicastro, Secretaria General del Instituto FMA, que invitó a la asamblea a unirse a las FMA de los cinco Continentes, que en el mismo día renuevan su ‘sì’ a la Alianza con Dios.

En la procesión de entrada preceden el Celebrante, la Directora, la Vicaria General y sor Maria Assunta Inoue Sumiko, Consejera Visitadora, que acompañan a sor Maria My Hang Vu, de la Inspectoría  Maria Ausiliatrice (VTN), en la renovación de los Votos Bienales.

Durante los días precedentes a la Celebración, la Comunidad se preparó para este momento significativo de su camino, profundizando y compartiendo las lecturas escogidas (Is 63, 7-9; Col 3, 12-17 y Jn 15, 9-17). Después de la Liturgia de la Palabra, sor Maria desde el presbiterio pronunció la fórmula de la renovación, en las manos de la Vicaria general, sor María del Rosario García Ribas.

En la homilía don Giuseppe, retomando la Circular nº 1020, expresó el significado de esta jornada: “Estamos llamados, “desde el alba al atardecer”, a alabar a Dios, por las maravillas que ha cumplido en la historia de la humanidad, en la historia del Instituto, en nuestra pequeña historia. En vista del “día sin atardecer”, cuando Dios estará todo en todos, pregustamos la belleza de reunirnos, de ser alabanza a la vida, a Dios. (…) Hoy es el día de la memoria, más bien es un memorial en el que aquello que aconteció hace 150 años  se repite, porque Dios continúa renovando Su alianza con nosotros (…) En nuestra promesa, en los Votos, en nuestro compromiso, en la capacidad de dar una respuesta con nuestras responsabilidades, el primado es siempre de Aquel que nos ha llamado, amado, escogido, Aquel que nos ha invitado. Nuestros sentimientos no pueden ser más que los de María, expresados en la explosión de alegría  del Magnificat, en aquel canto revolucionario, porque Dios no está ausente en la historia de nuestra vida, es un Dios que interviene con la potencia de Su ternura y de Su Amor (…) Somos llamados a ser signos del amor de Dios por los otros, capaces de cuidarnos los unos de los otros (cfr Circ. 1020). Esto es posible, sólo si se realiza una íntima y profunda unión con Aquel que es la Vid, de la cual nosotros somos las ramas. Podemos amarnos unos a otros sólo si permanecemos en Su Amor”. El Celebrante termina la homilía con el augurio de “ser mujeres felices, enamoradas de Jesús, apasionadas por la misión”.

Después de la comunión, el Magnificat en lengua vietnamita fue acompañado por la coreografía de algunas FMA que, con gestos delicados y expresivos, transmitían la belleza y la exultación de la entrega generosa al Señor de sor Maria My Hang. La solemne Celebración concluyó con el canto  “Oh qual sorte”, signo de comunión y de unidad del Instituto FMA en el carisma salesiano.

El momento de fraternidad y convivencia, vivido con las Consejeras, fue precedido por el Himno y por la danza del 150º. Antes del corte de la torta, la Comunidad ofrece en don a sor Maria My Hang un canto sobre las palabras de la Palabra de Dios escogida por ella: “Él es la vid, yo soy un sarmiento, no me separo de Él. Permanezco en Él, en Su Amor, Él da la vida por mí. Mi misión será fecunda si sé amar así, a mis hermanas y a toda la gente, por Él, con Él y en Él”. Por la tarde se abre la Exposición del carisma de la Casa Generalicia, para permitir a todos hacer una pausa en silencio, rezar y prolongar la acción de gracias.

La jornada concluye con un rosario en el Parque de la Casa Generalicia, rezado junto a algunas hermanas de la Comunidad Sacro Cuore de la Inspectoría S. Giovanni Bosco (IRO). Los cinco misterios están relacionados con la vida y la historia del Instituto FMA: la historia de salvación que Dios ha guiado y llevado a su cumplimiento para muchas/os jóvenes y para cada FMA; la llamada de Dios a la alegría; la presencia del Señor Jesús y de María Auxiliadora; la llamada a vivir la caridad de Cristo; el don y la llamada a la Santidad presente en el Instituto, con el testimonio y el compromiso cotidiano. En cada decena se escuchan algunas palabras de Santa Maria D. Mazzarello y de Madre Chiara Cazzuola.

La jornada de fiesta concluye con la oración compuesta por la Madre para el 150º aniversario y con las buenas noches de sor María del Rosario, que sellan una jornada   de gratitud en la alegría de pertenecer a un Instituto que es todo de María.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.